
(…) El Psiquiatra era despreciable, sus palabras sonaban huecas en el despacho, un poquito más de volumen que les hubiera dado y ya se podía decir que el muy hijo de puta hablaba a los gritos.
Nuestro paciente permanecía cabizbajo… Jamás lo enfrentaría cara a cara, bajo ningún concepto, aquellos ojos vidriosos que tenía el Doctor eran como punzones para el Sr. Rabioso.
En cambio, los suyos sí que eran maravillosos. El verdor que habitaba en su iris se desorbitaba y parecía que sus pestañas se esforzaban por retenerlo firme en el cuenco. Estaba siempre a punto de reír o de llorar… Nunca se sabía…
Fruncía el ceño, su boca se abría y luego se iba cerrando lentamente. Ambas comisuras daban la impresión de que querían impedir tal acción. Finalmente, el Sr. Rabioso resolvió el constante abrir y cerrar de su boca llevándose el dedo índice para usarlo de chupete. Antes de empezar a chuparse el dedo, el Psiquiatra le tomó del antebrazo y se lo sacó de un tirón diciendo:
Psiquiatra__ Pero cheee!! Hombre grande!! Escuche de una buena vez!!! Olvide esa fantasía tan estúpida y atienda a lo que le digo: Su amada no es un hada, es una mujer común y corriente… me entiende???
Y ahora sí que ya tenía las mejillas rojas el Rabioso. De sus patillas se desprendían algunas gotas de sudor... Estaba a punto de perder el equilibrio emocional…
Hubo una pausa y sin despegar la vista del suelo, le contestó con voz de niño enfermo:
Rabioso_ Yo no dije nunca un hada… Ella es la mamá, le cuenta… le cuenta así un cuentito a las hadas y todas se duermen…
Terminó de decir esto y ya no pudo más, el Rabioso explotó, alzó la cabeza y miró al Doctor avergonzado. Unas gotas verde esmeralda salían de sus ojos…sus lágrimas de diamante flipando en el aire aleteaban como mariposas un instante y luego caían al piso y se oían romper como copas de cristal, tal era el chasquido…
Rabioso_ Ya me olía yo que las iba a terminar despertando. Lo odio Doctor!!
Luego de salir del consultorio las venas del Sr. Rabioso se fueron cerrando tímidas bajo su piel recuperando el rosado inconfundible que tienen sus cachetes.
Era su segunda visita, volvería a derramar agua cristalizada en otras varias sesiones más. Rabioso es un pobre hombre que hoy ve el mundo en blanco y negro. Eso sí, sus ojos ya grises; siguen siendo maravillosos.
2 comentarios:
Me entretuve leyendo su relato,creo que hay muchos que contienen sus lágrimas y se van convirtiendo en el rabioso aquel, en todo caso a mi me pareció tierno su personaje ¿o es que alomejor todavía no lo conozco?
Espero que sea feliz en su matrimonio.
Su amiga del otro lado de la cordillera VALE..
Muy bueno leonidas!!!, interesante, tierno y dramático.Se vislumbra ya un escritor con éxito. Se desprende la esencia y la magia de tu persona.
Felicitaciones!!
Toni
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