martes, octubre 30, 2007

LAS MUÑECAS DICEN:




Bueno, nosotras sabemos que ellos se despidieron a beso limpio detrás del sol.
Que esperaron quietitos el alba...

Y que cuándo el día de los días llegó el sol se hizo noche para ella y luz para él.
Él se mudó a la placenta o algo así.

Sabemos también que luego de un tiempo la mamá de la tierra tuvo a su hijo y le puso por nombre Matías. Y que las veces en que Dios apagaba el reflector…

Matías se equivocaba...

Dulcinea arrancaba sus plumas blancas en el cielo...

Él veía nevar.

Dulcinea se dejaba llorar agigantando los mares...

Él veía llover.

A la Dulcinea le duele ir creciendo cada día… pero…
Si hay alguna razón por la que quiere ser grande es que ya quiere olvidarlo...

Nosotras somos quienes colaboramos para que su niñez dure el mayor tiempo posible.

2 comentarios:

Carmen Posada dijo...

Lo leí en villaletra. No lo comenté allá por evitarle/me implicaciones. Es un texto sencillo, dulce, sin mayores pretensiones. Alguien me mandó una vez a peinar las muñecas y por ahí tengo alguna cosa en mi otro blog que se desprende de eso.
Saludos y gracias por su visita.

Carmen Posada dijo...

¡Here go!

http://lucbor.blogspot.com/2006/06/mientras-peinaba-mis-muecas.html