martes, septiembre 25, 2007

Los testigos



EL NIÑO:

Ahora con esta muerte todo cambió y mi suerte arroja frío, lluvia y tempestad irritante. Nadie habla en mi exterior. Me cortaron la lengua y estoy desafiante, estoy sinceramente desesperado... Mi suerte no consigue ni una línea de bingo. Estoy desnudo en la nieve . Hoy, más que nunca, la tormenta es para el atormentado...”

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